Guatemala Asfixiada

Texto: Andrea Ixchíu H. / Fotos: Festivales Solidarios

Festivales Solidarios
4 min readMay 23, 2024

El aire está enfermo, así lo señalaba el portal digital ECOQUIMSA del Laboratorio Nacional de Salud la mañana del 21 de mayo del 2024, en el cual se registra la calidad del aire en diversas regiones de Guatemala.

Amanecer en ciudad de Guatemala cubierta por el humo de la contaminación y los incendios forestales, 23 mayo de 2024

El humo de diversos incendios forestales, la emisión de gases contaminantes y otros factores históricos han provocado que la calidad del aire de la capital del país sea extremadamente mala y este a punto de ser nociva para la vida. Las autoridades recomendaron evitar actividades físicas al aire libre sin protección especial y anunciaron el aumento de riesgo sobre la salud de personas con enfermedades cardiacas, pulmonares, adultos mayores e infancias.

La Organización Mundial de la Salud señala que la contaminación del aire es uno de los mayores riesgos ambientales que existen para la salud, sin embargo en la Ciudad de Guatemala se ha normalizado respirar aire contaminado desde hace décadas.

Las personas podemos pasar días sin comida y sin agua, sin embargo no sobreviviríamos algunos minutos sin poder respirar. A pesar de eso aún no hay mucha conciencia sobre los efectos que produce en los cuerpos inhalar aire contaminado. En el país la infraestructura de monitoreo de la calidad del aire es escasa e insuficiente y no se han destinado recursos suficientes para enfrentar esta situación y brindar atención a la población en situaciones de riesgo.

La Ciudad de Guatemala enfrenta ahora las consecuencias del ecocidio que avanza en todos los territorios y las consecuencias de una cultura urbana que centraliza actividades, que se ha poblado del desplazamiento y concentración de millones de personas para la extracción de su mano de obra para la industria y creación de riqueza para pocas personas. La capital del país es particularmente un proyecto colonial que se ha construido desde la desigualdad. Fue trazada y organizada de tal forma para que los colonos y sus aliados la habitaran y sus esclavos y empleados les sirvieran.

Uno de los principales síntomas de la crisis de la ciudad es la mala calidad del aire que en ella se respira. Y aunque en este momento el humo que llega es sobre todo debido a los incendios forestales, otro de los factores que agrava la crisis del aire está ligada a la polución que provocan la gran cantidad de vehículos que circulan en la ciudad y la mala calidad del transporte público.

La Ciudad de Guatemala tiene una población de poco más de 3 millones y medio de habitantes, en ella las rutas de transporte público están mal conectadas, el sistema de autobuses circula únicamente en distancias cortas y está plagado de unidades dañadas, insalubres, inseguras y viejas. Son cientos de historias contadas sobre la mala gestión de gobiernos municipales, corrupción y violencia que dan muestra de la falta de voluntad de regulación a los proveedores de transporte público y de generación de infraestructura digna para la población.

La ausencia de transporte público de buena calidad influye directamente en el incremento de compra de vehículos privados. El departamento de Guatemala rebasa los 2 millones y medio de unidades vehiculares y según los últimos reportes oficiales en la ciudad circulan diariamente alrededor de 1 millón 200 mil vehículos al día. La gran emisión de gases producto del uso de vehículos particulares influye tremendamente en la contaminación del aire y en el deterioro de la calidad de vida de las personas y los ecosistemas cercanos al área metropolitana de la capital de Guatemala.

El uso de autos privados resuelve una necesidad de movilidad, sin embargo la cultura del automóvil causa un gran impacto y profundos daños en el planeta. Su fabricación consume mucha energía y deja una huella gigantesca. Construir cada auto requiere de materiales como el acero, caucho, vidrio, diversos tipos de plásticos y pinturas. Los ácidos tóxicos de las baterías y otros productos derivados permanecen en los ecosistemas durante siglos.

Sin embargo el mayor impacto en el ambiente por el uso de los automóviles es el consumo de combustibles y las emisiones de gases de efecto invernadero que estos generan y que provocan el calentamiento global y contaminación del aire.

Los productos petrolíferos desde que son extraídos hasta cuando son consumidos generan procesos con alto consumo de energía. La industria petrolera ha provocado ecocidios y violencia en ecosistemas terrestres y marítimos, como los daños ocasionados por Perenco en la biosfera Maya y la laguna del Tigre por poner un ejemplo. Mientras se mantenga la demanda de estos combustibles, habrá terribles impactos ecológicos para nuestro país y el planeta y se incrementarán las amenazas de la crisis climática que provocan.

Imágenes de la Sierra de las Minas, el humo ha llegado hasta la ciudad de Guatemala

La reducción de emisiones de gases, la reducción de uso de vehículos y combustibles mejoraría la calidad del aire y además sería una importante medida de mitigación ante la crisis climática global. Las soluciones climáticas necesitan re-pensar en nuestra relación con el aire, nuestro entorno y la salud colectiva. Sanar al aire en la ciudad requiere de cambios en la relación entre las personas y el territorio para re-imaginar la vida en las ciudades.

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