El país valiendo un carajo…
Por: Lucía Ixchíu
No puedo fingir demencia o ser indiferente con lo que pasa a mí alrededor, he tratado de no leer medios para no colapsar emocionalmente. Guatemala con su historia de despojo, impunidad y corrupción no deja de sorprender y mucho menos de doler todas las cosas que están pasando ahora. No puedo solo quedarme mirando. Estoy tan enojada y tan harta que ni siquiera sé por dónde empezar.
No es nada nuevo que el sistema de salud esté colapsado, hay gente muriendo en el suelo de los hospitales, sin equipo, el personal médico ha hecho lo que ha podido, poniendo en riesgo también su vida y esto no es justo, porque el gobierno ha realizadoprestamos millonarios en menos de dos meses, ¿en dónde están todo los recursos? ¿En dónde quedó el corazón de los funcionarios? ¿Por qué la vida del humano no significa nada para ustedes?
Como si este caos y esta crisis que ha incrementado las desigualdades no fueran suficiente, en menos de una semana el #PactodeCorruptos regresa más envalentonado que nunca, consiente de todas las muertes y el caos sabiendo que estamos desmovilizados y atemorizados por un virus que se está llevando a mucha gente, amigos y familia.
En menos de una semana nos tiene en un “golpe de estado técnico” que todavía no tengo muy claro desde la legalidad confusa, pero es así, nunca les ha importado nada, mucho menos las vidas de las personas, lo único que interesa es robar, es generar desde la comodidad de su cargo y el uso de su privilegio para salvarse ellos y sus redes de crimen.
Estoy harta de saber que como población solo hemos conocido al Estado-policía, el Estado que nos encarcela y que criminalizan a los pueblos; la idea de vivir sin Estados cobra más fuerza desde mis adentros y respetar así, a las naciones que viven dentro de este país de manera descentralizada.
Hemos mantenido a una sarta de criminales con el pago de nuestros impuestos por más de 50 años, siempre he admirado la capacidad de este país y su población en aguantar, todo lo aguanta, la corrupción, la violencia y el despojo, ¿qué más necesitamos vivir? ¿Qué más necesitamos que pase para romper el silencio y el miedo?
Durante las dictaduras militares y el genocidio se nos enseñó a callar, a temer, a fingir demencia, a no meternos si no es nuestro asunto y en el presente a ver como asaltan y le roban a la señora del bus que va a lado de nosotros y no hacer nada. Tan cómodo que es fingir que nada pasa, hacer de cuenta que mientras tenga mi trabajo y mi salario nada de lo que pasa alrededor, me importa.
Muy profunda debe ser la mirada y el análisis para entender por qué aguantamos tanto en este país, desde la educación y los medios que nos domestican o sin mencionar la educación que nos convierte en zombis y analfabetas funcionales. Vamos con las modas impuestas desde las corporaciones y afuera del mundo de las redes y de nuestros teléfonos inteligentes a diario se viven batallas, mucha gente está muriendo ahora, los gobiernos se roban todo.
Estoy harta de la desigualdad, todas las muertes por COVID19 son responsabilidad del gobierno que ha robado a diestra y siniestra y no es justo que tengamos que vivir de esta forma, merecemos dignidad y vivir en paz.
Mientras escribo estas palabras, mueren más guatemaltecas y guatemaltecos a causa del COVID19 pero sobre todo, mueren por la corrupción, la desigualdad y la impunidad.
¿Vamos a seguir aguantando o vamos a hacer algo para que las cosas cambien…?
