Desalojo violento en Comunidad Chiax, Alta Verapaz, Guatemala.
Por: Redacción.
La Comunidad Indígena Q´eqchi´ Chiax, se encuentra ubicada a treinta kilómetros de la cabecera municipal de Cobán, en noviembre del año 2021 vivieron los impactos de las tormentas ETA e IOTA, perdieron todos sus medios de vida, sus hogares fueron arrastrados por el Río Xalbal. La comunidad la conforman 25 familias, personas de la tercera edad, niñas y niños que con mucho dolor veían cómo el río les despojaba de sus pocas condiciones de vida.
Después de la tormenta con gran esfuerzo iniciaron la construcción de sus pequeñas viviendas y retomaron sus vidas, con apoyos solidarios lograron dotar de enseres sus viviendas, con semillas sembraron la tierra para alimentar a sus familias.
Hechos de la violencia previos al desalojo
Superados los impactos de las tormentas ETA e IOTA, las familias inician un nuevo desafío, aparece un supuesto dueño de la tierra, Edgar Fernando Calderón Gonzáles, se presenta como supuesto dueño de la finca Santa Sofía. La comunidad promueve acción de amparo en reclamo de sus derechos étnicos, territoriales y ambientales, la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil y Mercantil, Constituida en Tribunal de Amparo dio trámite a la Acción promovida por la comunidad.
Desde el 6 de mayo del 2021 la represión se intensificó en contra de las y los lideres de la comunidad de Chiax. El supuesto finquero aplica la estrategia de confrontación entre comunidades e inician acciones con estrategias similares a las del periodo oscuro de la guerra interna en Guatemala.
El 21 de abril del 2022 un grupo de personas procedentes de las comunidades Chinazayuc, Ninasayuc y Sapatá, liderados por Carlos Incú, ingresaron a las áreas de cultivo de las familias de Chiax, en estado de ebriedad agredieron e hirieron a varios comunitarias, les robaron el maíz y destruyeron sus siembras. La comunidad resistió y mantuvo la paz y unidad dentro de las familias, sin alimentos resistieron por varios días.
El 23 de abril vuelven las 25 familias a retomar sus activades productivas y recuperan una parte de la cosecha de maíz y frijol. Sin embargo, el asedio se daba cada quince días liderado por Carlos Incú, generalmente se presentaban en estado de ebriedad. Contra la comunidad se han promovido órdenes de captura y constantes amenazas, sin que la comunidad de Chiax encontrara respuesta de sus denuncias, muchas presentadas a la delegación departamental de la Procuraduría de los Derechos Humanos, PDH, de Cobán.
El desalojo, continuidad del despojo colonial.
El 27 de julio de 2022 se hicieron presentes a la comunidad de Chiax alrededor de cuatrocientos agentes de la Policía Nacional Civil, PNC, acompañados de delegado de la PDH y unas cien personas procedentes de las comunidades de Chinazayuc, Ninasayuc y Sapatá, liderados por Carlos Incú, en representación del supuesto finquero Edgar Fernando Calderón Gonzáles. La acción de desalojo sobrepasó la proporción de la fuerza, 25 familias contra 400 agentes y 100 personas que portaban armas de fuego y machetas, más el odio encarnecido que se promulgó contra las familias.
Fueron reprimidos, sometidos por la fuerza, armas y gas lacrimógeno, niñas, niños y mujeres indefensos fueron sometidos. Acto seguido cortan y destruyen las cosechas, las sagradas milpas y el sagrado maíz era contado por el filo del machete de comunitarios vecinos cómplices del desalojo.
Las casas de madera y los enseres del hogar fueron cubiertas por las llamas del incandescente fuego. Los llantos se extendían por el espacio, lágrimas incesantes brotaban de las pupilas de las niñas y niños que no entendían lo sucedido, escenas crueles que solo llaman a la indignación profunda. Mientras las humildes y sencillas casitas fueron consumidas por las incandescentes llamas bajo la mirada de la Jueza Ursula Magnolia Cristina Teyul Yat que expresaba satisfacción por una misión más cumplida, de nuevo el sistema de justicia guatemalteco bajo las ordenes de los finqueros, sus patrones.
El futuro se esfuma, como el humo de las casas quemadas
Actualmente, 25 familias lloran de infortunio, sin alimentos, sin casas, sin hogares, sin nada más que el deseo de vivir. Como en los años de la guerra interna, las familias se refugiaron en la montaña, improvisaron pequeños resguardos para sus hijos e hijas. Lloran porque el hambre habita en sus pequeños estómagos, lloran las mujeres al ver a sus pequeños niños y niñas cubierto con plásticos, lloran los hombres al ver los platos sin comida.
La impotencia se presentó cuando el Río Xalbal arrastraba sus hogares, pero era la fuerza de la naturaleza, la impotencia e indignación se presenta nuevamente al ver los mismos hogares ahora consumido por el fuego aprobado por un sistema de justicia negado para los pueblos indígenas. Mientras todo esto sucede el señor Alejandro Giammattei, se rasga las vestiduras en Ucrania, mientras su gobierno arrasa a comunidades enteras, destruye e incendia humildes viviendas y destruye hogares humildes que lo único buscan es sobrevivir, va a Ucrania a ofrecer la reconstrucción de ese país europeo.
